martes, 1 de mayo de 2007

Viajar, ¿para qué? / Reisen, wofür?

Un viaje no comienza el día de la partida, los diferentes sueños y deseos que le dan origen, y luego los planes y preparativos que le empiezan a dar forma, constituyen el fermento inicial. Eso incluye unas cuantas vacunas, por ejemplo...



Claro, esos preparativos pueden hacerse infinitos, o incluso pueden llegar a remplazar al viaje, como ocurre con Des Esseintes, el aristocrático protagonista de À rebours, novela decadentista de J. K. Huysmans. En el capítulo XI, Des Esseintes, influido por la lectura de Dickens y por un desasosiego que ya se hacía cotidiano, ordena a sus criados que preparen sus maletas para un largo viaje, pues se dispone a visitar Londres. Les advierte que no sabe si regresará al cabo de "un año, un mes o una semana".
Camino a la estación de tren, y mientras divaga en imágenes de todo lo que experimentará en esa ciudad en la que hierven los negocios, en la que la vida no se detiene en los muelles, compra un par de guías de viaje y entra en una bodega, donde los clientes del local le recuerdan diversos personajes de Dickens. A medida que se acerca la hora de la salida del tren, y después de una cena abundante acompañada de diversos licores, el buen hombre se va relajando y la necesidad de quedarse quieto se impone con tenacidad, mientras recuerda la decepción de un viaje que hizo a Holanda, cuando abandonó por primera y única vez su refugio de Fontenay. "¿Para qué moverse, cuando se puede viajar tan espléndidamente sin moverse de la silla? ¿Acaso no estaba ya en Londres, cuya atmósfera, olores, habitantes, comida y utensilios lo rodeaban?". Y, finalmente, al constatar que se ha saturado de la vida inglesa desde que salió de casa, y que ha sido ingenuo por creer en la utilidad o en la necesidad de un viaje, mira el reloj y se dice que es hora de volver a casa: "...y regresó con sus baúles, paquetes, maletas, mantas, paraguas y bastones a Fontenay, sintiendo el agotamiento físico y el cansancio moral de un hombre que vuelve a su hogar, después de una larga y peligrosa travesía".
Vamos, que igual estaremos durante un año escribiendo este blog desde casa...